viernes, febrero 24, 2006
Libertad para pensar... ¿Qué?
Artículo de Opinión: Migración de escrúpulos III
Caracas aún me acompaña aquí, en la rosada Miami, a través de un librito que editó Blanca Elena Pantin en el 2002. Se trata de 'La Libertad del Espíritu', de Paul Valéry y Antonin Artaud. Aunque es color naranja chillón, puede pasar desapercibido como el vecino de un vagón del Metro agarrado en la Plaza Venezuela a las 6:00 pm. Pero aún le sigue 'metiendo mano' a mis recuerdos de la ciudad. Tal como aquel abusador hizo debajo de mi falda cuando me quedé dormida, parada, de Chacaíto a Altamira. Al mendigo le metí un bofetón, pero... ¿Podré hacer lo mismo con con el cadaver de Valery?
"Jamás se impidió a nadie pensar como quisiera. Sería difícil; al menos que se tenga aparatos para rastrear el pensamiento en los cerebros. Se llegará a eso seguramente, pero todavía no es del todo así, !y no deseamos ese descubrimiento...! La libertad de pensamiento mientras tanto, existe -en la medida en que no está limitada por el mismo pensamiento." (Valery & Artaud, 60)
Soooo?.... (como dicen aquí en adorable spanglish)
"Es muy bonito tener libertad para pensar, !pero aún hay que pensar algo!" (Valery & Artaud, 60)
A ver, ¿Qué piensan que piensa su vecino sobre el terruño? O peor aún ¿Qué piensan usted?
Niños que juegan con una chupeta, sin cédula de identidad. ¿Verdad, ciudadano?
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
qué asco.....
más que un bofetón, tenías además el derecho de mutilarle el sadismo al guarro ese....
qué asco.
Publicar un comentario