Excelente el artículo de la
revista Arcadia sobre el boom venezolano.
Hasta salí de mi modorra literaria para escribir este post sobre la literatura en Venezuela.
Sí, creo que en Venezuela
hay buenos escritores. El problema fue que las vacas sagradas no dejaban a ningún joven emerger... hasta ahora. Con un nuevo sistema político, llegan algunas nuevas voces. Algunas de ellas discrepan con el poder, pero nunca hubieran tenido oportunidad en una gerencia cultural que siempre apostaba por los mismos gatos. Ahora esos gatos son momias políticas asociadas al sistema anterior o están debajo del piso... literalmente.
Los iconoclastas se consagran como profetas (Rafael Cadenas o Gustavo Guerrero) y una nueva generación aparece, con un mejor concepto de si misma. Por supuesto, ayuda que la situación política o cambiaria haya cercenado el posado cosmopolitismo de los venezolanos. Sin dinero, la pose de "gomelos", "sifrinos" o "snob" nos queda grande.
Aparte, las editoriales están abiertas a nuevas propuestas locales, así sea en tiradas pequeñas. Sobre las consecuencias del control de cambio en la oferta literaria no quiero hablar, por cuanto
otras personas han escrito sobre eso.
Y lo último se lo debemos a la cantera de escritores que es la escuela de letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Los escritores exitosos no pueden vivir de las tiradas de sus libros y se hacen profesores universitarios de la UCV (o de la Universidad de los Andes o de otra universidad más que no recuerdo). Eso significa que como alumno de Letras vas a tener la mejor educación, impartida por verdaderas luminarias de la literatura local. De hecho, yo conozco personalmente al 80 por ciento de la gente mencionada en el artítulo porque me dieron clases o los vi caminar en el pasillo de la escuela mientras esperaba para entrar al salón. Otros como McKey fueron alumnos. Una verdadera cantera de escritores...
Ahora, habrá que ver si el mundo nos sigue prestando atención. Yo lo creo así, por cuanto el ambiente político ha empujado a los mejores talentos (y los más polémicos) a emigrar fuera del país. Eso abona el terreno de los principales mercados internacionales. Por eso se habla de un supuesto "boom", término que no apoyo para hacer honor a mi pesimismo criollo. Al parecer no soy la única.
Es solo mi opinión personal.