viernes, abril 28, 2006

La perra, con unas cuantas cervezas



Migración de Escrúpulos VII

Después de un año sin verla, yo me imaginaba a mi perra mucho más grande de lo que en verdad es.

Lo mismo me pasaba con Caracas. Me imaginaba que había menos contaminación, que las laderas del Ávila eran verdes, la gente era amable, que la comida era barata. Nada es como lo recordaba, excepto la luz que emana de la montaña.

No es que me moleste la inseguridad, por ejemplo. Estoy genéticamente diseñada para comerme los semáforos cuando transito un barrio en la noche, o a acelerar a 80 kilómetros cuando veo una alcabala improvisada. Pero esa mueca de vinagre agrio con ojos de vaca que pone la gente cuando escucha las noticias... no me la calo. Por lo menos antes era divertido espiarlos cuando se hurgaban la nariz o se peinaban el flequillo.

No es que me desagrade el silencio de campo que reposa en la casa de mi hermano. Me da sueño. Pero en mi Miami los sueños eran mi dosis de cafeína para poder continuar estudiando hasta las 4 de la mañana, mientras acá, el desencanto se pasa con una cerveza... todos los días.

Es como un amargor que le roba el sabor a tus placeres. A la comida, que sigue siendo tan estupenda como siempre. A compartir con los panas, tan solidarios como siempre.

Antier me encontre a un escultor con el cuál hablé sobre Malevich -y su famoso cuadro "Blanco sobre Blanco"- hace un año atrás. Me inspiró tanto la conversación que hice uno de los mejores dibujos de mi vida y se lo regalé. Cuando le inquirí sobre el bendito dibujo, me dijo que lo había botado. Extrañamente no me enojé... solo el amargor. Al día siguiente me lo volví a encontrar en una rumba y, quizás por la cantidad cervezas, tuvimos esta conversación:

- La verdad nadie podría imaginar que seas escultor. Pana, aunque te pongas esos zapaticos de goma, pareces un burguesito con esa camisa a rayas.
- Ni burgués ni escultor, una persona clase media rabiosa... rabiosamente ansiosa de ascender. Jejeje

Me imagino que fueron las cervezas, las cuáles son cada día más aguadas en Venezuela.
Zemanta Pixie

sábado, abril 15, 2006

Y volver, volver, volver... !Ay DIOS MIO!

Migración de escrúpulos VI




Fue por culpa de mi indiscreción, lo sé.

Abrí la bocota, escribí correos electrónicos e incluso lo coloqué como sobrenombre: “vuelvo a mi Cara-caos”. Por muy poco tiempo, gracias a Dios, porque no podría resistir ver la sequía reflejada en las faldas de mi Ávila.

Ahora debo aguantarme dar la cara a mis nostalgias. Y no tengo más explicaciones que afirmaciones huecas.

Desde mi niñez me escribe mi primera agarrada de mano para advertirme que me cuide. No me señala un peligro en particular; no es necesario. Secuestros, amenazas de muerte, silencios forzados lo hacen hablar con propiedad. Y es mi culpa que esto suene como una habladora de paja y no como la advertencia documentada que debería ser, por cuanto no lo escribí cuando pude hacerlo. Ahora me arrepiento.

Desde mi madurez vuelve un pretendiente platónico. Su intelecto me hace sentir una cucarachita fea, o una Miss (aunque físicamente sea al revés). El me llega por los hombros, pero podría darme un par de coscorrones con su altura ética. Y cuando me refiero a sus valores, no me refiero a moral entendida por la religión judeocristiana. La vida privada del personaje podría servir para un cuento del Marqués de Sade. Sin embargo, él sigue siendo el bueno, mi 'Batman Begins', por cuanto sus acciones lo definen. ¿Qué hace de especial? Tratar de sacudirse la mier.. con sus escritos, sin miedo a las consecuencias. (¡Sí! ¡Escribe lo-que-le-da-la-gana en un diario de circulación nacional en Venezuela!)

¿Quién serála versión de Ra's al Ghul (archienemigo nihilista de Batman que desea destruir todo para crear un nuevo edén)?

Yo no.

Yo salí huyendo como el correcaminos directo a Miami. Sin embargo, aún me quedan ganas de ser un superhéroe.




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No contaban con mi astucia.
Zemanta Pixie

viernes, abril 14, 2006

domingo, abril 09, 2006

CUANDO LAS RAÍCES ROMPEN EL PAVIMENTO: ¿DEBEMOS CORTAR EL ÁRBOL?

Opinion: migracion de escrupulos V



(Carta como disculpa a una amiga que me reclamó por ser "demasiado" venezolana)

E*, ayer que hablábamos de Venezuela.

Quiero que entiendas que el dolor que siento por mi país no tiene el tinte de la nostalgia, sino el del luto. Que no se trata de una disyuntiva si me adapto o me voy de los EEUU. Estos días ha ocurrido la mayor cantidad de matanzas en nuestra historia democrática: (60 mil homicidios cerrando el año 2005 y el primer lugar entre las ciudades con más muertes violentas en el mundo), y conocer a alguien amenazado de muerte es circunstancia común entre nosotros los venezolanos. Por más bendiciones que reciba acá en la tierra del Tío Sam, no deja de causarme nausea el olor de la muerte que se respira en un sitio que era mi patria, y ahora es un cementerio.

Aparte, también sé a donde voy. Intento ejercer el oficio de pensar, como un deber con mi pueblo, que ahora expande sus fronteras a la gran EEUU. Fronteras ficticias que ahora se disuelven con la globalización. Ayer leí un obituario que le hicieron Roland Barthers, Patricia Highsmitt, y otro pensadores europeos y americanos a la "DAMA OSCURA DE LOS EEUU" (Dark Lady of America) Susang Sontang. A ella la admiro como ejemplo de valentía al defender sus ideas hasta la árida frontera de la ética, al ponerle corazón a las letras, para que tocara el pragmático sentir de su país, no dejo de defender con la pluma su idea de un mundo mejor (o al menos no tan podrido) en sus últimos días de cáncer. Es el compromiso con el deber ser, con el respeto a la vida, a la libertad de creencias, a la tolerancia. ¿Sabes?, la molicie (flojera) del espíritu es lo que nos tiene sumido en este pantano, E*. Y sospecho que para eso existen personas como tu, para mover la vena de la fe a través de la justicia.


Por mi parte entiendo que el mundo es imperfecto, al igual que la gente que lo habita. Aunque no es lo ideal, me siento cómoda entre este mundo imperfecto, porque es mi hogar. E incluso, este desorden es una esperanza contra el totalitarismo. ¿Porqué? Porque el orden total es incompatible con la naturaleza humana, rebelde y frutífera como una selva.

Prueba de ello lo vemos en Venezuela, donde nos hartamos de nuestros propios vicios (corrupción, pobreza, desorden) y le dijimos a un extraño que limpiara nuestro desastre, esperando que NO nos pasara la factura. Hugo Chávez nos las pasó al fin y al cabo.

Sin embargo, creo que en el hecho de levantarse para volver a depositar la fe en un camino es lo que nos otorga esperanzas al cielo, y para algunos eso es suficiente. Es un rayito de luz lo que hace a la ramita levantarse entre la podredumbre de hojas que caen en la selva. Pero es justamente en la selva donde salen los árboles mas grandes.