lunes, mayo 22, 2006

Exit-O, la nueva reforma


Migracion de escrupulos X

Desde que comenzaron las discusiones sobre la reforma migratoria, recibo un trato diferente por parte del americano promedio. O quizás sea el verano... O quizás esa fea palabra que empieza por R.

Lo cierto es que aún se nota en mi inglés que soy inmigrante. Sea porque tartamudeo o tengo un limitado vocabulario, es obvio que aprendí inglés hace unos años. Por tal razón me solían confundir con una inmigrante de Europa del Este, Rusia o Grecia mientras no abriera la boca. Hasta que empezó el verano.

El sol ha revelado mi latinidad en un bronceado oliva que me acerca cada vez más a mis amigos mexicanos o nicaraguenses. Un color así en una persona de 1,80 mt (5,11 pies) desconcierta a la gente, que no deja de mirarme. Y si contesto el celular con mi indiscreto canto venezolano lleno de "cheveres, chamas, chimbos", entonces se les quita la verguenza...

Se me acercan impidiéndome que me monte en el carro o en el ascensor cuando estoy generalmente sola. Lo hacen con la auutoridad de quién se creen los dueños del patio, como generalmente lo son. Lo hacen con la curiosidad distanciada de quién observa un animal exótico y peligroso.

Son cuatro preguntas en este orden:

1- ¿De dónde eres?
Hasta allí todo bien. Pueden ser que intenten sacarme conversación o simplemente ser amables. Así que contesto de buena gana. "Soy de Venezuela".

2- ¿Cuánto tiempo tienes acá?
Me imagino piensan soy turista. Pues no. Lo siento. Voy a tres años viviendo acá.

3- ¿Y qué haces acá?
La extrañada soy yo, porque ese es mi problema y NO el de mi interlocutor. Si me diera verguenza lo que hago, ¿porqué tendría que contestar? Gracias a Dios no es así. "Estudio y trabajo".

Vuelven a la carga...

4- ¿Trabajas? / ¿Estudias? ¿(Acaso) te piensas quedar acá?
Me miran a los ojos verificando si miento y me bloquean el paso, esperando a que conteste. Se hace un silencio sellado al vacío hasta que me atreva a contestarle a sus grises ojos (generalmente quienes preguntan tienen los ojos claros, excepto en una ocasión). Este acoso velado desata mi ira... "No lo sé, como me ofrecieron una beca para un doctorado en Europa cuando termine el Master, aún no decido", exagero. "Puede que sí".

Luego de esa respuesta respiran aliviados, afirmando algo incoherente y dejándome ir. Parece que después de chequear a la latina, han descubierto que todo está en orden, que "merezco" el Ok.

Desde que comenzaron las deliberaciones en el Senado sobre criminalizar a los indocumentados, todos los WASP o "americano decente de verdad" se creen con derecho de ser policías fronterizos o minuteman. Y el WASP ahora no tiene color de piel mientras sean dueños de nacimiento de las 50 estrellas (son muchas más si incluimos a los países de Latinoamérica).

Pero a mí también me gusta este país. Así que o nos arreglamos todos o nos caemos a mordiscos.

Si me vuelven a preguntar por quinta vez, quizás mienta diciendo que soy centroamericana (nada personal) y trabajo como mesonera con un social security que compré desde que entré a EEUU por la frontera ayudada por un coyote... ¿Será que son capaces de llamar a "la migra?