domingo, enero 11, 2009

Mi bisabuelo Bruno


Reproduzco el email de mi tío Alí, tal como me lo mandó:

Hace pocos dias recibi un e-mail de mi sobrino Jesus Daniel Segura Rondon, me comento que para complacer un deseo de mi hermano Freddy (Q.E.P-D.) estaba elaborando el arbol genealogico de la familia Segura y me solicito informacion al respecto. Le transmiti la informacion que recordaba en aquel momento, sin embargo, omiti experiencias que yo vivi, concernientes a nuestro abuelo Bruno Lopez Fonseca a quien considero un personaje con proyeccion nacional, esto lo ignora la mayoria de mis familiares y considero que debo compartirlo. Lo voy a narrar como si estuviera conversando con ustedes:

Bruno Lopez Fonseca nacio en Puerto Cumarebo (a unos 30 Km de Coro), Estimo que alrededor de 1870 y murio en Cocorote en 1942, donde descansan sus restos. Dichos restos fueron enterrados al pasar la entrada del cementerio, bajo una lapida hoy desaparecida. No se donde estudio ni a que nivel llego. Su formacion militar la adquirio en los campos de batalla hasta alcanzar el grado de general, sobre este grado tenia un Diploma o pergamino del Congreso Nacional cuyo texto no lo se. Su sable o espada de General tenia el Escudo de Venezuela bajo relieve con el nombre del Congreso Nacional y un leon en la empuñadura. Se caso alrededor del año 1900 con Dolores Perez Peña con quien tuvo una hija, Dolores Lopez, mi madre. La abuela Dolores Perez murio poco despues y mi madre crecio junto con sus primas Perez hasta que el abuelo se caso en segundas nupcias con Helena Obediente en alrededor del año 1915. En estas segundas nupcias tuvo 7 hijos: Pedro, Saul, Rafael, Mercedes, Carlos, Carmen y Roman. Del resto de la familia del abuelo le conoci solo dos hermanos, Eulogio y Lorenzo.

Era moreno claro, pequeno de estatura, cabeza grande y medio calvo, caminaba cojeando y con las piernas arqueadas, como caminan los jinetes. Cojeaba por un disparo que recibio en una rodilla en el curso de una batalla, y las piernas arqueadas porque era un hombre que andaba todo el tiempo a caballo, ademas de todo esto tuvo que arrastrar el peso de los grillos varios años mientras estuvo preso en el castillo de Puerto Cabello y en el castillo de San Carlos en el Zulia.
Siempre vestia con pantalones de caballeria, con polainas que le protegian las piernas y calzaba botines o botas, usaba sombrero pelo´e guama y un revolver cacha blanca en la cintura, tenia otro revolver cacha marron al cual no se le veia el gatillo y parecia mas bien una pistola.

A fines del siglo XIX y principios del siglo XX peleo defendiendo el partido liberal amarillo que apoyaba a Ignacio Andrade como Presidente, quien habia sido depuesto por la revolucion del dictador Cipriano Castro. En mayo de 1903 el abuelo libro una batalla en Tucacas contra el Gral. Juan Vicente Gomez - dictador de Venezuela de 1908 a 1935 y el entonces Coronel Eleazar Lopez Contreras - futuro presidente constitucional de Venezuela de 1936 a 1941. El enfrentamiento lo llevo a cabo cumpliendo ordenes para dar tiempo a que sus aliados, el Gral. Gregorio Riera y el Gral. Manuel A. Matos con sus soldados, luego de desembarcar en Tucacas pudieran continuar viaje hasta Barquisimeto que era su destino.

Despues de la llamada ¨pacificacion¨ alcanzada por Cipriano Castro, continuo luchando contra su dictadura y posteriormente contra la de Juan Vte. Gomez hasta que fue apresado, encarcelado e incomunicado. Una vez encarcelado le colocaron grillos remachados a los pies y fue confinado a calabozos o mazmorras, primero en el Castillo Libertador de Puerto Cabello y despues en el Castillo de San Carlos en el Zulia - Yo visite este castillo y vi los calabozos donde los presos politicos eran incomunicados, muchos enfermaron y murieron dentro de ellos, la letrina la tenian al lado y los hedores permanecian en el ambiente. Es algo inhumano y realmente deprimente, alli no entraba el sol. En algun momento salio al exilio y estuvo exilado en Puerto Rico, Trinidad y Curazao, para regresar a Venezuela alrededor de 1915. Estimo el regreso en ese año por la fecha de nacimiento de nuestros tios.

En algun momento de su regreso despues de 1915 debe haberse establecido en Aroa donde tuvo una bodega o pulperia, segun una historia que me conto mi tio Pedro y debe haber sido la epoca en que mis padres se conocieron.
Posteriormente vivio en Barquisimeto cerca de la estacion del ferrocarril Bolivar, donde trabajaba, cerca de la zona donde se construyo la actual catedral de Barquisimeto. La casa estaba en la que es hoy calle 30 a una media cuadra de la hoy Ave. Venezuela. Alli debe haber permanecido por lo menos hasta 1934 cuando cesaron las actividades de las minas de Aroa. De Barquisimeto debe haberse trasladado a Cocorote donde instalo la pension Lara y vivio el resto de sus dias.

En 1938, cuando yo tenia 6 años, tuve la fortuna de compartir un par de años con mi abuelo y mis tios en la pension Lara, en ese lapso aprendi muchas de las cosos que les cuento aqui.
La pension era una casona colonial que tenia como 40 o 50 metros de frente por toda una cuadra de fondo, la casa tenia unas 20 o mas habitaciones que alquilaban a Bs 2 - 3 por noche. En la parte de atras del terreno estaba la caballeriza con los caballos de mi abuelo y de mis tios, eran 4 o 5 caballos, una mula, y un burro para cargar leña, habia un gallinero con matadero de gallinas, mataban de 10 a 15 gallinas diarias, lejos al fondo estaba la cochinera. Recuerdo que el abuelo en una oportunidad me compro un revolver con tiros de papel para que le disparara y espantara los zamuros del patio que venian a comerse las visceras de las gallinas. Los precios de la comida eran muy economicos, el cliente pagaba solo Bs 1,50 y podia comer la cantidad que quisiera de lo que estaba en la mesa, ellos se servian y siempre habia sopa de gallina y de res, caraotas, pollo guisado y frito, carne de res guisada, asada, desmechada y en biftec, cochino frito o guisado, arroz, papas, espaguetis, ensaladas, platano horneado, sancochado y en tajadas, arepas, cambures, naranjas, lechoza, patilla, mangos, etc. Todos los autobuses paraban alli y cada uno traia 20 a 30 pasajeros, recuerdo que los choferes no pagaban. A mi me pedian que cuidara el equipaje de los pasajeros, con el permiso de los tios, y me regalaban medio (Bs 0,25) cada vez que lo hacia.

Mi abuelo salia todas las mañanas a caballo a comprar gallinas en las casas del pueblo para consumo en el hotel, en varias oportunidades me monto en el caballo para pasear con el. Caminaba cojeando y con las piernas arqueadas, como caminan los jinetes. Esta manera de caminar fue causada por un disparo que recibio en una rodilla en el curso de una batalla y aparte de esto era un hombre que andaba todo el tiempo a caballo y tuvo que arrastrar el peso de los grillos varios años mientras estuvo preso en el castillo de Puerto Cabello y en el castillo de San Carlos en el Zulia.

Tenia la costumbre de recostarse a dormir la siesta despues del almuerzo y siempre me pedia que le quitara las polainas y las botas o botines, nunca olvido como al quitarle las medias se le veian las cicatrices sobre los tobillos y a lo largo de la espinilla, huellas que le dejaron los grillos e igualmente el cepo con que lo torturaron, casi se le veia el hueso de la espinilla.

Mi abuelo era visitado por muchos personajes importantes en aquella epoca, recuerdo que vi al presidente de la republica, el General Eleazar Lopez Contreras quien estuvo una vez en la pension e igualmente Alberto Ravell, amigo personal de toda la familia, uno de sus hijos me hirio accidentalmente con un disparo de un rifle de aire, el balin se alojo en mi espalda; tambien lo visitaron Kotepa Delgado, Antonio Arraiz y otros cuyos nombres no recuerdo.


Ali Segura Lopez

PD.- Agradecere revisen, corrijan y me notifiquen lo que noten que este errado.

sábado, enero 10, 2009

Despeinada o del arte de tener una hebra de autenticidad



Migración de escrúpulos XLX

Por más que lo intente, nuca he podido hacerme una cola de caballo decente. Los cabellos se me escapan como palestinos rebeldes intentando franquear el cerco de gelatina al cual los someto. A veces quedan amontonados en un irregular paisaje de copetes indiscretos y espirales en gueto. A veces enmarcan mi rostro con una irregular patilla que le causarían envidia a Elvis.

Así es él. Nunca cuadra, no se deja someter a las tantas categorías que yo o las proyecciones de mi misma han intentado: estudiante de colegio de monjas (agraciada con piojos y media beca), heredera de intelectuales y políticos venidos a menos (un poco más abajo que la pata, es decir, el suelo), cazadora de utopías domésticas de bordes dorados y secador de peluquería, activista de causas sociales derretidas bajo el sol, periodista de maquillaje impecable y pluma implacable...

Nada, el pelo se estira en una Asana de yoga, retando incluso a la gravedad, escribiendo un compromiso con una persona que ya no es desconocida a fuerza de tanto emigrar de piel.

Pelo lindo me solian llamar.



Ahora uso sombrero.

El dibujo pertenece a la artista Paz de la Calzada.

domingo, enero 04, 2009

Sobre dar las gracias en una noche de insomnio



Pensé que podría organizar un poco mi vida con las vacaciones de fin de año. Pero no, aquí estoy aún, pensando qué carajo voy a hacer mañana, que sigue. Eso lo descubro ahora domingo, justamente cuando faltan 10 minutos para el lunes, mientras intento descifrar el futuro con la luz apagada.

Puto insomnio, herencia materna.

Orar me da paz, pero esta vez me llena de incertidumbres con sabor a culpa, ese acidito que regurgitamos mientras caminanos al lado de un una pareja escondida entre cobijas y cartón al borde de la acera. ¿Saben de lo que hablo?

Y no es un sentimiento pequeñoburgues de querer ignorar lo que pasa a mi alrededor. Créanme que muchas veces lo intento. El problema es que aquí en Estados Unidos, donde el crédito nos tiene sometidos a un tiempo constantemente conjugado en presente, la distancia entre un techo y la calle es aleatoria, a veces mínima. El modelo de pasarela, si comete un exceso, puede convertirse en recogelatas o algo peor. Y los excesos, especialmente los de orden psicotrópicos, están a la orden del día en esta ciudad.

No me había dado cuenta de ello cuando vivía en Latinoamérica, donde la distancia entre clases puede sentirse como un océano. Y no hablo de ser rico, sino de ser simplemente clase media. Por ello la historia de la cartonera (recogelatas) que se convirtió en modelo cautiva la imaginación. El hambre de futuro llevó a Daniela Cott a saltar la barda en una sola generación.



Cuando sucede, solo queda dar gracias... a Dios por las oportunidades, a la mano generosa que creyó en nosotros, a nosotros mismos por no perder la fe.

Entonces supongo que es un post sobre dar las gracias, escrito en una noche de insomnio. Mi curiosa manera de rezar.

Suelo dedicar mis domingos a hacer picnis en un maravilloso parque en San Francisco llamado Dolores Park. Me encanta especialmente dibujar mientras tomo vino y como deliciosos quesos malolientes. Me gusta, además de su impresionante vista, su fauna humana: por un lado los hippies viejos, la comunidad gay, los bohemios en bicicleta, las familias con chamos y los mendigos, a los que suelen llamar homies.

Mis amigos siempre bromean al respecto diciendo si ando de parranda con los homies. El lunes por primera vez les di la razón. Un chico adolescente con aspecto de geek, pero con la voluntad secuentrada por alguna razón que aún no alcanzo a adivinar se acercó a nosotros con la excusa de un sacacorchos. Luego nos confesó que no conseguía a un amigo y que muy a su pesar tenía rato durmiendo en el parque (en pleno invierno). Hasta su nombre era mentira, pero su hambre era real, así que fue nuestro invitado. Luego llegó un chico filipino gay de lo más educado a compartir el momento con nosotros, que alternaba con "hacer la calle" (creo) disimuladamente. Luego llegaron otros más, que se fueron rápidos. Fue un momento surrealista, que de lejos se parecía a la película "Viridiana" de Luis Buñuel (mis intenciones estaban muy lejos de eso). Más tenía que ver con almorzar acompañados de nuestros temores arcanos.

De verdad somos afortunados. Pero lo somos en la medida que seamos libres y dueños de nuestras propias acciones. En la medida que conservemos los sueños intactos.

¡Feliz año 2009!