lunes, abril 20, 2009
Dolores park en primavera, durante un inusualmente caliente día.
Dolores Park es mi lugar favorito de San Francisco. Más allá de su vista espectacular de toda la ciudad, está su dimensión humana: esa amalgama de culturas y diferentes formas de pensar que se reunen a tomar sol en pacífica convivencia.
En un lado se encuentran los hipster con sus costosas bicicletas, en otro una orgullosa comunidad gay ostentando sus hermosos cuerpos. También hay los grupos de latinos haciendo picnics y claro, familias enteras con sus niñitos correando las mascotas ajenas.
Hay otros que cargan su casa en un carrito de supermercado y agradecen la oportunidad de hacer una siesta en la grama tibia en vez del concreto cruel. Y claro, están también las prostitutas y prostitutos que ven en la luz la oportunidad de una buena cena mientras se fuman un porro soñando con el amor.
Todos, los afortunados y no tan afortunados (con la mayoría oscilando en el medio) abandonados a la esperanza que les brinda el sol, el bien más escaso y valioso de esta ciudad.
Y es gratis.
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