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martes, septiembre 04, 2007

No eres un hombre hasta que...


Migración de escrúpulos XXXXI

Eso le dijo el primo de 17 años a mi hermanita de 15, una mujer precoz por exceso de escepticismo. Yo escuchaba desde el otro lado del auricular y no-lo-podía-creer. "¿Quequé?". Creo que recuperé mi capacidad de asombro al salir de Venezuela.

-Primero me contó que le iba a pedir al papá una camioneta con cauchos anchos y full música. Yo entiendo. Pero luego me dijo mirando al cielo y con cara de bobo:


"Y mi segundo sueno es tener una pistolita... Uno sin una arma no es nadie".


(Imagen cortesía del EL MUNDO.ES

miércoles, julio 11, 2007

Directo de Puerto la Cruz: !las chamas!



Migración de Escrúpulos XXXV

Dijeron que eran 2, pero llegaron 3 al aeropuerto. Como buenas orientales, no les importó que tuviera un estudio del tamaño de una caja de gatos... donde caben 1, caben 2 y 3 y 4. Pero no importaba, por fin me ponía en contacto con mis compañeras de infancia de La Consolación, 10 años después. "Ay chica, tu siempre fuistes la rara del grupo, con esas cosas dizque de arte y vainas locas...", me decían, al tiempo que sacaban el encurtido de pepitona picante en un frasco de mayonesa usado. La gracia le había costado a Akîl una detención por 6 horas en Inmigración. "!A la verga chama! En cuanto vieron el pasaporte libanés los tipos se volvieron locos haciéndome preguntas", me dice ella, más oriental que un chorizo carupanero.

Más que comprar, las chamas no vieron la luz del día de tanto tiempo que estuvieron en los Malls. La casa estaba llena de carteras de imitación, camisitas Lacoste y Guess rosadas y lentes Technomarine, también rosados. Aunque apenas nos podíamos mover, a las chamas les quedó energía para enseñarle a bailar reggetton a mi novio gringo. A mí no me quedó energía para traducirle las letras de las canciones -lo último que se baila en las discotecas de Puerto La Cruz- a mi chico, pero no pude parar de reír.

La tierra del Cacao escribió sobre las chamas. El post, titulado "El calor de oriente", es el más encantador homenaje a la clase media de provincia que he podido leer. Ella las llama "Las Meninas". Otra amiga, exiliada política en Miami, usó el menos piadoso adjetivo de traidoras. "No me pidas que conozca esas (agarrando aire)... chavistas; no me mezclo con basura", escupió ante mi estupor.

Son chicas profesionales de buenas familias, solteras, divertidas, orierrrtales como yo... mis amigas. Mi corazón no conoce -ni quiero conocer- otra distinción diferente a esa.

Además, tampoco son chavistas. Son simplemente la última generación criada bajo el Pacto de Punto Fijo... como yo.

Las "Meninas" orientales son un producto de esa Venezuela adeca, alegre e irresponsable que aún se esconde en las ciudades del interior bajo el disfraz de la pomarosa. Son rojas por fuera, blancas por dentro, y (algunas) trabajan insertadas en la administración pública de ciudades que nadie se acuerda. Viven del día a día, porque los años no dejan de ser iguales; por eso viajan. Suelen cargar como equipaje, además de las pepitonas picantes, los chismes de todas esas personas que hace tantas décadas uno dejó de ver... ¿Cómo negarme a su dulce compañía sabor a ponsigué?

Gracias a edgar8a_vzla por las fotos

sábado, febrero 24, 2007

¿Cómo pensar en balas cuando el alma habla?

Migración de Escrúpulos XXXII

El vino espera por mi en la mesa, tal como hace ese post echado al lado sobre el mezquino presente de una niña llamada Silvia, mi amiga viviendo en un hiperbólico país llamado Venezuela.

No me malinterpren; EEUU es otro movedizo territorio de sueños frígidos.

Pero a veces las cosas se hacen fáciles cuando tienes con quién hablar, cuando al menos existe la certeza que puedes irte o quedarte, amoldarte o hacer una trinchera, ganar dinero o ganar un sueño, depender de un tiempo o de un sueldo... en fin, hacer lo que te sale del forro del culo, pagando el precio.

Ahora amo el pequeño Coral Gables donde me hospedo por no se cuanto tiempo... y me como las uñas pensando en cuál va a ser el siguiente paso. Pero al menos me queda la incertidumbre como alternativa.

Sin embargo, cuando hablo con Silvia, ni siquiera el maravilloso CD que me regaló Luis carlos me hace olvidar su voz chillona y sus risa sardónica, demasiados para tener 15 años.

"¿Qué cómo estoy? Aburrida de este lugar donde no pasa nada, donde no hay Internet, no hay ni siquiera gobierno porque el alcalde vive fuera del pueblo y donde nadie cree en nada sino en el gobierno que les de subsidios y dinero".

!Tanta amargura! Me siento tan pueril en comparación.

Pueblo de agricultores al fin, para ella la única opción diferente a ordeñar vacas en el campo o salir con una barriga es trabajar en el único abasto-centrotelefónico-restaurante-peluquería del lugar.

Bueno, pero al menos que se divierta, le digo como la amiga que es. Total, los lugares son menos hostiles cuando tienes a quien besar.

"Ay prima, aquí todos los hombres o son montacachos (infieles), o son celosos, o tienen hijos (¿?) o son mente pollos."

Un dejo de amargura me estruja las tripas cuando escucho eso de una niña a la cual no quieren que la llamen niña más nunca. Peor, la billis se me escapa de la boca cuando caigo en cuenta de lo que habla a través de otro comentario hecho por otro pequeño conocido hace un tiempo atrás:

"Primero mi amigo me contó que quería una machito (camioneta rústica) con cauchos anchos y super cornetas como regalo de 15 años. Luego me contó -!mirando al cielo con una carita!- que su segundo sueño era tener una pistolita. Uno no es nadie sin un arma".

Chávez, gracias por la instrucción pre militar obligatoria.

Ahora todos mis primos saben desde los 15 años como defenderse en una hipotética guerra asimétrica, cuando otra batalla -bien real- se libra en las calles entre quienes desean un futuro diferente pero sabes que nunca lo tendrán. Patria o muerte.

Ni pensar cuán aburridas eran las clases de Educación Cívica y Ciudadana que recibía en el colegio. ¿Aún las seguirán impartiendo?