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lunes, julio 07, 2008

Cuando las tetas se convierten en tu carta de presentación

Migración de escrúpulos XLVI

En respuesta a Naky y a Martha Beatriz:

Ella (porque puede ser cualquiera) se puso las tetas cuando tenía 22 años. Se las regalaron para que "hiciera feliz" a su primer marido, porque "con esos huevitos fritos no vas a llegar a ningún lado", le dijeron.

Como a caballo regalado no se le mira el colmillo, aceptó la oferta. Dice que no se arrepiente.

Sí, se le podrá reprochar la falta de madurez en aquel momento, pero usteden saben el nivel de presión estética que viven las venezolanas. En aquel momento ella pesaba 58 kilos y medía 1,8 metros y aún así se sentía gorda cuando caminaba por las pasarelas.

El problema con las siliconas es que se convierte en tu carta de presentación. El trabajo como periodista, abogada, activista social o cualquier otra vaina de corte intelectual que ella haga queda en segundo plano. Ahora está buena.

Dejas de ser sujeto para ser objeto.

Al menos así lo sentencia el Tribunal de la Estética Machista, secundado por la estética balurda de un concurso de belleza exitoso.

Eso significa que de ahora en adelante a ellano la van a escuchar, LE VAN A VER LAS TETAS.

Pare ella eso significó un gran problema, por cuanto en aquel momento ella estaba trabajando muy duro para convertirme en periodista de impresos. Las siliconas le ganaron miradas reprobatorias en la escuela de Ciencias Políticas, donde estudiaba la segunda licenciatura. Eso sin contar las bromas machistas morbosas de sus profesores y compañeros de trabajo. Primero le miraban a ver si traía hilo dental o adivinar de qué color era el sostén, luego seguían con el trabajo académico.

Luego se vino a Estados Unidos, donde a pocos le interesan esas pendejadas. Cuando la volví a ver, había ganado unas cuantas libritas, dejó de usar tanto maquillaje y volvíó a usar su ropa multicolor. Algunos viejos amigos le reprochan haber perdido su figura de Miss (esqueleto con tetas), pero ella afirma sentirse bien consigo misma.

Lo que hace vuelve a ser parte de lo que la define. No ha sido fácil, porque sus colegas ven con suspicacia esos 400cc que carga encima. Me cuenta que ha tenido que trabajar el doble para demostrar que tiene algo en la cabeza y comer mierda, especialmente de las mujeres acá que reprueban su "vanidad típica de las venezolanas". Ella asegura que se siente en paz con lo que es y lo que tiene.

"Y es justo ahora cuando disfruto más de esos plásticos que son una parte de mi. Mis tetas que NO se dejan pullar para tomar una biopsia (que gracias a Dios salió negativa). Mis globos virolos que quieren escapar de mí en diferentes direcciones. Mis tetas que NO envejecen, como un tatuaje de mi propia juventud, un recuerdo más de lo que fui", me confesó.

Yo la miro, y pienso en la frase de Rocío, de Almodovar: "Uno es más auténtico mientras más se acerca a lo que siempre quisiste ser".


Ella
Zemanta Pixie

martes, septiembre 25, 2007