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Migracion de Escrupulos XIX
Se trata de reflexión. Me mandaron a escoger una imagen lo suficientemente poderosa como para parar en seco mi respiración (o mis recuerdos). Yo escogí ésta. No por la calidad de la foto sino por la manera como el encuadre resume el drama de muchos en uno: la muerte de la libertad de expresión en mi país, Venezuela.
Aclaro antes de seguir. Ni estoy dando una primicia ni tampoco intento cambiar conciencias. No intento hacer proselitismo político de un lado o de otro. Tampoco quiero echarle pestes a mi país de origen sin reconocer que en EEUU la prensa se enfrenta a sus propios retos de una manera diferente.
Escogí la foto no por motivos meramente patriotas sino también egoista. Se trata del ejercicio de mi profesión y la desaparición de mi modo de vida... desde el momento que apareció esta foto.
Para quienes no son venezolanos y no conocen a Tortoza, va esta descripción:
No es necesario decir que se trata de un fotográfo, por cuanto la camara tirada en el piso encima de un charco de sangre es lo suficientemente icónica. Es un metamensaje: un periodista convertido en noticia por ejercer el periodismo.
Es Jorge Tortoza, reportero del Diario 2001 muerto el 11 de abril del 2002 durante las marchas a favor -y también en contra, que importa- del gobierno de Hugo Chávez Frías. Testigos dijeron a Reporteros Sin Fronteras que los tiros fueron disparados por los policías. Quienes marcharon en contra del presidente afirman que gente del chavismo es la responsable por esta muerte. Hay registros y fotos de ese día fatídico. Lamentablemente no existe imagen que pruebe de donde vino esta bala en particular (que yo sepa)...
Pero existen testimonios como los de Luis:
"Tortoza no estaba en la avenida estaba en una plaza que esta al lado. Yo pensaba que era un disip. en eso lo veo caer y pense que habia recibido un peñonazo en la cabeza, ya que nos tirabamos piedras. (...) El PM me dijo que estaban disparando desde la alcadia de libertador. (...) ¿sabias que le pedi a los PM que les dispararan a esos asecinos y el PM me mostro que solo tenia perdigones y balas de salva, pero que ya habian mandado a pedir municiones de verdad. eso no lo dicen los chavistas (...).
En la foto las manos femeninas se tensan, intentando detener una muerte inevitable que -empero- aún no se ha consumado. La mano de Jorge no agarra nada, solo el aire de la agonía. Otras agarran la cámara en una forma que podría parecer absurda pero no lo es, Son los compañeros de marcha de Tortoza, otros comunicadores sociales que bien pudieran haber sido los depositarios de la bala de ese francotirador. Balas que aún no tienen dolientes.
El ejercicio del periodismo adquirió un aura de peligrosidad que luego fue confirmada por una serie de agresiones ulteriores y por encendidos discursos presidenciales contra los supuestos "secuestradores de la verdad".
Aún me acuerdo cuando escribía desde una redacción con vidrios blindados, para evitar que el entusiasmo "chavista" nos atravesara el pellejo.
La imagen fue inspiración para hacer una serie de marchas bajo el eslogan: "Tortoza somos todos". También cambió la forma en la cual los medios de comunicación fueron percibidos por la sociedad venezolana. A partir de allí pasaron a ser trinchera. Pero ya ni eso.
Los periodistas de aquel entonces perdieron el rumbo de tal modo que ahora sólo confian en ellos quienes están fuera del país. Los nuevos periodistas no tienen memoria histórica y consideran normal que les "pinchen" el teléfono o "hakeen" el correo electrónico si hablas demasiado de política. Y los idos, como yo, nos queda la ira del desarraigo y unas raíces cada vez más débiles con la patria de Simón Bolívar.
Al final lo que prevaleció fue el miedo... "por ahora".
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