martes, mayo 13, 2008

Puente Project, el sol en el rostro

Los adolescentes son el grupo más exigente del mundo; su honestidad brutal es capaz de desnudar todos tus argumentos y dejarte en pelotas frente al caldazo. Así lo pude comprobar este fin de semana, cuando hice una disertación sobre lo que significa el oficio del periodista, sus gratificaciones y sus retos.

- ¿Cómo supistes que querías ser periodista?
- ¿Es necesario estudiar una carrera universitaria para convertirte en periodista?
- ¿Es una profesión donde se gana dinero?
- ¿Cómo influye tu condición de latina en el ejercicio del periodismo?

Muchas preguntas más fueron hechas; algunas con un escepticismo no común en unos niños de apenas 14-15 años. Pero son chicos que viven en condiciones de vida bastante agresivas para su desarrollo, en barrios donde la preocupación primordial es llegar sanos y salvos a casa. Pero esos niños son el futuro, la generación que se va a graduar en el 2011 y nos va a hacer sentir orgullosos. De ellos depende que el español se mantega vivo como lengua en los Estados Unidos, que el racismo contra los latinos pase a segundo plano, que florezca el sentido de pertenencia a esta tierra de promesas (y desencantos).
El niño latino
Yo miraba a mi amiga Kara Andrade, extraordinaria periodista multimedia, y podía ver el futuro de estos muchachos. Sus padres llevaron el sol en sus espaldas, ahora ellos lo llevan en sus rostros. Y me sentí orgullosa.

Gracias a Miesha Clipper por haberme invitado a participar en las charlas de Puente Project ese domingo en la universidad de Berkeley.

:)

(El dibujo lo hice en un momento de descanso durante la conferencia)

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