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martes, julio 09, 2013

La nostalgia es un bicho que baila como Shakira y no cree en patriotismos



Acabo de regresar de Miami, una versión idílica y muy adeca de Caracas. Y confieso que la extraño mucho. Miami, digo, no Caracas. Pero no la extraño lo suficiente para vivir allí, cosa en la cual estoy muy clara.

Porque en esa babilonia de culturas sin mezclar que es Miami, los venezolanos se distinguen sobre las otras culturas por su arrogancia, que supera a la de los argentinos. Cuando éramos pocos no intentábamos imponer nuestros códigos culturales y sociales por cuanto no teníamos suficiente poder (tanto ecónomico como político). 

Pero ahora, sea por esas alianzas implícitas con la comunidad cubana que también hemos sellado por acá o por los chorros de dinero que dejamos fluir en el mercado inmobiliario, queremos imponer nuestras reglas a los que acaban de llegar de esa guerra civil llamada Venezuela. 

Y al igual que antes, aquí y allá, seguimos librando batallas banales que sólo causan aburrimiento o tristeza. A veces exiguas alegrías, de esas que imitan el pasado en un parque temático. 

Yo quiero a Miami, la sudada, la rosada, la gritona, la honesta que te mira con ojos incrédulos antes de husmearte y acojerte en su seno, como la loba de Roma, después de haber encarnado en Shakira, lista para mover las caderas y bailar contigo un dúo inolvidable.

(Foto de Ytaelena.com)





sábado, septiembre 29, 2007

Pachanga brincaíta, para no lastimarnos los pies

Opinion: migracion de escrupulos XXXXIX

¿Cuáles son las anclas de nuestra identidad?...

Cuando salí de mi adorada Caracaos, aún ni siquiera tenía el cuarto de siglo. Así que los recuerdos que pude acumular eran barajitas frívolas de un álbum de papel. ¿Acaso mi corazón podía privilegiar los performances de poesía que realizaba en Al Trote sobre las bailaditas de merengue en un antro del CCCT?
Intelectualmente sí, emocionalmente no.

El caso es que me fui de Caracaos llena de rabia y dolor, como muchos. Y adjuré de extrañarla... al principio. Me sacaba de quicio el tono de voz destemplado de las venezolanas en los supermercados, la cavita llena de cervezas que llevaban los maracuchos a las playas de Miami Beach, las canción 'yo me quedo en Venezuela' cantada por Carlos Baute desde España, la altanería intelectual de vene-co.

Cual sería mi sorpresa que después de un año mi lexico pulido de la Escuela de Letras se volvió pura-sifrineria-de-la-chama-chevere-y-burda-de-pana. Que empecé a extrañar el brincaito del tecnomerengue y la gaita, y que le pedí un autógrafo a Papo, de Sandy y Papo (y yo que escribía de música electrónica). Que cambié el vino por ron-venezolano. Que me escapaba a restaurantes cubanos a las 12 de la noche para poder hablar gritado y rememorar mis after-parties de arepera.

La nostalgia es irracional, no te engañes, y mucho más la de mi generación. Sí, me pegó la muerte de Belle Epoqué, pero también me pegó la desaparición de Doors, o la decadencia de Palladium (al cual asistí cuando era menor de edad). Y sin embargo, no lloré mucho, porque sabía que nuestra generación mutante se apropiaría de algún otro símbolo de prosperidad pasada para mancillarlo con música electrónica y kurda. Y así pasó...

La nostalgia de nuestra generación tiene que ver con la ausencia de la posibilidad de una gratificación inmediata. Aquí en EEUU uno debe trabajar duro -sin permitirse casi distracciones si se desea alcanzar algún sueño- mientras que en Caracas los platanos se comen verdes, con sal, vinagre, y un buche de cerveza, aunque amanezcamos con ratón.



Nuestra nostalgia es la adrenalida de una emoción no reprimida, así sea ira. Caracas es el hijo (a) de un filósofo pelabolas que ahora le dió por ser punk, con el cuál nos "resolvíamos" cuando estábamos borrachos (todo el tiempo), y que ahora NO NOS PARA BOLAS.
Zemanta Pixie

lunes, septiembre 10, 2007

¿Traducir, o traslacionar? ¿Me entiendes?




Migración de escrúpulos XXXXII

Excuse you, I can understand you.

¡No lo soporto! La mentada frasesita me saca de mis casillas y me hace actuar como un animal: irracional. Mi interlocutor deja de serlo y se convierte en el otro, soberbio concepto que no permite diálogo. Dejamos de ser una misma raza y empezamos a 'pertenecer' a mundos culturales diferentes, separados por un muro, en este caso idiomático ¿Cómo podemos dialogar si nadie hace un esfuerzo para entenderse?

A ver monito, ¿quieres banana?, parece preguntar 'el otro'... o al menos eso pensamos en ese momento tan embarazoso.

El lugar donde aprendí el idioma de Faulkner fue el menos propicio: Miami. Aquí se habla un engendro entre el español cubano e inglés del Sur de los Estados Unidos. Este espanglish o Spanglish, dependiendo del punto de vista lingüístico, se canta como los lamentos de los negros en los campos de algodón y se mueve como los tambores de Camdobé en honor a Yemayá. Es 'dressing' que permite la pacífica existencia del nosotros en esta ensalada multiétnica llamada Miami... Pero suena bien feo.

Y quienes están en las orillas de este río turbio, temen bañarse en él. ¿Para qué? Quizás nunca alcancen -por completo- el otro lado. Quizás tengan que dejar parte de su cultura-equipaje en el camino.

Ya no me suele pasar tan a menudo. Después de 3 años estudiando inglés, entrevistando para periodismo en inglés, entrenando para Internet en inglés, follando en Inglés... tengo menos problemas. Pero igual tengo malos ratos, especialmente cuando usan el des-entendimiento para ganar una discusión, marcar distancias sociales y señalarme el lugar al cuál no pertenezco. "Disculpa Yta, es que tu pronunciación es tan difícil que...", dicen exagerando su acento del Norte.

Mi esposo dicen que también lo joden por su acento de agave reposado, propio del Sur de Texas.

Tu allí, yo aquí.

¿En serio? No me da la gana.

Pura bazofia mental.

Creo en la gramática generativa de Noam Chomsky, es decir un conjunto innato de reglas que nos permite traducir nuestras ideas en combinaciones de palabras. Palabras más, palabras menos, articulamos los pensamiento de manera similar.

Lamentablemente, también creo en ciertos elementos de la teoría Sapir-Whorf. El lenguaje influencia la manera como pensamos. Si empobrecemos nuestro idioma, nos quedamos sin vehículos para articulas nuestras ideas, que a su vez pierden coherencia por falta de argumentación. ¿Cómo cimentamos nuestros puntos de vista, entonces? ¿Con emociones, con balbuceos?

Cancacan you help me, pleeeeeeease?

La semana pasada regresé a mi Caracas-en-el-exilio, es decir, Miami. Mi madre la mujer-amazonas se sometía a un procedimiento quirúrgico y se colocaba al cuidado de su familia. Es decir nosotros, incluyéndome a mí. La expectativa de los acontecimientos me quitó el sueño... y cuando no duermo, no ingiero alimentos o estoy nerviosa me pongo bruta. Es decir, no entiendo nada.

... y era la traductora.


Mi madre me reprendió suávemente por mi mal inglés, por mi inseguridad, por mi ineficiencia. Tenía razón; nadar el río turbio de la transculturalización de Miami no es fácil. No es fácil tampoco llegar con una maleta idiomática (donde has guardado todo lo que te define como ser útil y pensante) y descubrir que no sirve. Al menos no en su forma original. Tengo que desempacar, zurcir, cortar, traducir... reinventarme en San Francisco.

¿Otra vez? (suspiro)

Una y otra vez.....


(El dibujo fue hecho por mí mientras esperaba en la Embajada de EEUU en Caracas)

miércoles, septiembre 05, 2007

Si lo dicen ellos.... Fé a la venta en las farmacias


Fé a la venta
Originally uploaded by alrevez

El sagrado corazón de Jesús, El divino niño y Yemayá, por tan sólo $1,19 en Navarro de Miami, FL (EEUU).

lunes, agosto 27, 2007

Alimentos biónicos + sazón latina refrita = Culo mayamero


Una de las cosas más dura de emigrar a los Estados Unidos es ver como cambia tu cuerpo. Primero eres la reina del buen gusto en la ciudad de Osmel Souza y en cuestión de 6 meses pasas a ser la voluptuosa Reina del Swing de los Hermanos Rosario. El tamaño de tu culo empieza a delatar tus raíces caribeñas... ¡Ahhhhhhhhh!

La realidad es que -casi- todos tienen sobrepeso en Miami.

Es burda de duro hacer dieta, Marta Beatriz. Mucho más en Miami, donde solo por oler el mar se te ensanchan las caderas. Yo sufrí horrores cuando me mudé para mi querida ciudad rosada porque engordé 10 kilos en 2 años. En verdad engordé 15, pero he perdido 5, y sigo perdiendo. !Ay! ¿Cómo resistirse a los cereales Oreo, a los sanguches de pernil cubano, a los superazucarados jugos Tropical? Encontré algunos trucos interesantes que -quizás- te sirvan:


1- Come rico y poco. Comer rico, verdaderamente rico, es caro. Como la masa no está pa' bollo, entonces vas a tener que comprar raciones chiquitas de cosa de calidad. Eso significa menos kilos. No te asustes si se reduce el número de bolsas cuando regresas de Publix... también se reducen los kilos.
2- Come gustoso y colorido. Cuando comemos condimentado, la sensación de hambre desaparece más rápido. Entonces, si apelas a las hierbas, pimientas y especias, le das sabor y color a los vegetales... los puedes tragar.
3- Toma agua, te y cuanto menjurje hervido te provoque. Eso engaña el estómago y lo distrae con sabores deliciosos. Llévate tu menjurje al trabajo.
4- Si tienes estrés o hambre durante el día, métete un buen cambur o una buena fruta o un pedazo de pavo. No tengas pena.
5- Si las ganas de un chocolate son más grandes que tú, entonces cómetelo. Pero cómetelo amargo (tipo EL REy 70%) para que te llenes de sabor y se te quiten las ganas.
6- Cómete un bien desayuno de proteinas y un poquito de carbohidratos. Yo me meto un huevo frito en agua montado sobre 3 lonjas de pavo sobre la base de medio muffin, más lechoza. La rodaja de pan vale antes del mediodía.
7- Come orgánico. Esta comida biónica gringa es muy arrecha. Las hormonas te vuelven mierda el cuerpo y hasta dan cáncer. Por razones médicas y personales como orgánico (aunque me cueste un ojo de la cara) y he adelgazado sólo por eso. ¿Que tienes chamos y es muy caro? Tengo una amiga a quién su hijo adolescente le empezaron a salir TETAS por las hormonas del huevo del desayuno.
8- No comas después de caer el sol, si puedes. Mientras más temprano cenes, mejor. Si después tienes hambre, toma leche descremada.
9- Si perteneces al clan de los flojos, organiza tu vida de manera que tengas que caminar AJURO! Ve a la playa y estaciona burda de lejos, ve al super a pie, que se yo.....

Igual, es una mierda hacer dieta


Yo aún lucho con mi culo mayamero, pero cede...:D

sábado, marzo 10, 2007

Voy a celebrar mi día tomando ron en la playa

Migración de Escrúpulos XXXIII

Me disculpo con ustedes por ser tan pretensiosa y melcochuda. Les prometo que en este próximo post voy a llevármelos a tomar sol conmigo a Miami Beach, bañarnos en el frío y salado mar, empegostarnos de la blanquísima arena artificial y pasar un buen rato.

Vamos a sacudirnos esta pretensión fatua que nos embarga a los venezolanos que pretendemos "pensar". Especialmente ustedes, chicas. Vamos a ponernos un biquini y lucir nuestras lolas nuevas, aunque se nos salgan uno que otro cauchito que no podemos bajar porque la depresión generada por estar solas no nos da tregua con el metabolismo. No se preocupen, ningún gordinflón flatulento nos volverá a decir "gorda" durante éste nuestro día (semana, año, vida). Ni siquiera el espejo. Vamos a pretender ser amadas por lo que somos y no por cómo lucimos, porque esta única vez vamos a lucir lo que somos. Vamos a ser dejar de ser unas "mamacita", porque yo ya estoy harta de ser la madre de mis hombres y la mascota de mis amantes. Vamos a ser ... !mujeres!

Ya acostadas en la playa, manoseadas por el astro sol, vamos a pretender echarnos una autocalentada bien buena con "Helarte de amar" de Fernando Izawaki... ese tipo SÍ nos tiene ganas, carajo. Eso sí, escondan el libro tras una revista Cosmopolitan por favor, no sea que piensen que son demasiado inteligentes y no levanten NI LA ARENA.
Luego vamos a echarnos un traguito del ron que trajo la panita encaletada en el bolso , cual si fuera jugo de naranja... chicas malas al fin y al cabo.

No faltará la discusión de la veracidad de ciertas afirmaciones científicas como:
-"No importa ni lo grande ni lo grueso, sino lo que dure tieso"
-"Quien duerme con niños amanece mojado"
- "Quien duerme con viejos tiene que cambiar interiores"
- "Al hombre mayor solo se lo levanta una grúa la segunda vez"
- "Billete mata galán"
- "Los gringos solo se mueven hacia adelante y hacia atrás"
- Etc.
Luego vendrá un tiempo deliberado de deliberaciones beligerantes donde ya todas estaremos ebrias para articular una frase y ya ninguna podrá manejar excepto la pana que se llevó al macho a la reunión por pendeja y ahora no puede hablar abiertamente por... pendeja.

Lejos habrá quedado entonces el dolor de un divorcio generado por la ceguera del dolor ajeno de A, los besos nunca dados por falta de práctica de B (que se le olvidó en la portada de un libro), la incómoda certidumbre de vivir en una permanente incertidumbre, el vacío de precisar que no pertenecemos a ningún lugar más que a nuestras ideas y convicciones... que al final no nos garantiza la felicidad.

Pero para qué recordar esas pendejadas... !Estamos en la playa! !Yuppi!

jueves, febrero 22, 2007

Venezuela es una lata de diablitos




Migración de Escrúpulos XXXI

Cada ciudad es el reflejo de la voluntad de sus habitantes. Miami, mi rosada malhablada, intenta soñarse en si misma como algo mejor. El sólo hecho de pretenderlo es meritorio, aunque eso -lamentablemente- signifique el desplazamiento de miles de personas a la periferia, así como reparaciones en la vía que nos roban tiempo vital.

Igual en Caracas se montan en los cerros por no poder estar a la par de las caras pretensiones de Caracas, chula y pretensiosa.

Cierto Martha Beatriz, el tiempo se hace eterno cuando manejas por la US1 durante horas picos. Admito también que no me he metido tampoco en la página web para revisar los horarios de las reparaciones en Miami. Pero al menos existe esa opción para quien tenga la voluntad de usarla.

Quién esté de novios con la ezquizofrénica-paranoide pero bella Caracas, tiene que bajarse de la mula emocionalmente y apretarse el cinturón.

Pero así hemos hecho todos.

Quién esté saliendo con la pedante pero cimbreante Miami tendrá que calarse sus gritos, su cartón piedra-ciudad tapando su historia de pueblo feliz-pero alguna ve pobre y sus malos modales.

Cada uno hizo su elección y paga el precio... a veces para descubrir que casi obtuvo lo mismo.

Los venezolanos somos como somos cualquier gentilicio: cuando nos mudamos a una casa nueva, sacamos todos los periquitos de la caja y los ponemos encima de la mesa de igual manera que lo hacíamos en la casa anterior.


No nos sorprenda que todos los sitios se parezcan entre sí.

A mí me New York me pareció igualita de caótica y divertida que Caracas. Lo que acabo de decir puede sonar a herejía, pero lo mismo me pasó en Roma, en Vancouver, etc... en todos reconocía un pedazo de mi ciudad natal.

Traté de enseñarle a Luis Carlos la ciudad de la cual me había enamorado por segunda vez, y terminé escuchando el CD de Saúl Vera que me regaló Rodo y Laura con lágrimas en los ojos.

Tan boba yo.

Al final Venezuela es como la lata de diablitos que solíamos llevar a la playa o a la montaña y destapábamos cuando nos pegaba el hambre hereje. Esta vez la mochila es nuestro propio corazón.

sábado, febrero 10, 2007

En un concierto, ¿quién suele hacer el coro?



Migración de Escrúpulos XXX



Miami. !Ah! No es fácil, pero vale la pena. Principalmente si el intento es acompañado por un coro de voces sacudiéndote el corazón. Más bien sacándote una sonrisa a cosquillas. !Claro!, se trata de Bobby McFerrin, el pícaro que cabalga sobre melopedias de jazz.

Y yo lo escucho, apretando fuerte la mano de mi chico, recordando mis propios susurros de la noche anterior. "Esto nos concierne porque trata acerca de las condición de nuestros sentimientos", dice el aeda de los pies inquietos al cantar. Son emociones que se desgranan en abecedario travieso y luego... silencio.

Y después la gra oportunidad para quién esté en el momento y en el lugar correcto. Solo pensarlo me agarra un nervio de la espalda como si fuera un cable de tracción. Sin embargo, no me roba la sonrisa.

Los sonidos van descendiendo por las sillas del teatro como la esperanza en comparsa. Pero no es el fin, porque ahora viene mi turno...

lunes, enero 29, 2007

Miami es hermosa... ¿No lo creen?




La foto la tomé yo, que no soy buena fotógrafa... pero ese atardecer perdona el mal lente de cualquier persona. ¿No lo creen?

miércoles, marzo 08, 2006

Miami sin pobres


Miami revitaliza su perfil urbano
Y los pobre no tienen a dónde ir

Autor: Ytaelena López

El condado de Miami estima que para cuando termine esta década, la su población habrá crecido en un 30 por ciento. El gobierno intenta canalizar esta transformación a través de un ambicioso proyecto llamada Miami 21, el cual pretende transformar a la ciudad en la Manhatan del Sur del país.

Sin embargo, no todos están de acuerdo.

“Gentrificación Stop Here!” “!Jantrifikasyon Kampe la!” “!Aburguesamiento Para Aquí!” Los ánimos multiétnicos parecían caldeados en la Iglesia Metodista Grace Haitian United, donde las comunidades de Liberty City, Wynwood y Little Haiti se reunieron ese 10 de septiembre a discutir abiertamente uno de sus mayores problemas: los desplazamientos como consecuencia del desarrollo urbanístico del Condado de Miami Dade.

El término, según la enciclopedia Wikypendia, se refiere al “fenómeno físico, social, económico y cultural donde comunidades de trabajadores o de los suburbios son convertidas en prósperas comunidades clase media, e incluso alta, a través de la remodelación de edificios y terrenos, resultando en el incremento de los valores de la propiedad y en la salida de los residentes más pobres, sea a través de los desplazamientos o de las sucesiones.”

Otros articulistas vinculados a causas sociales como Tom Wetzel, aluden a él cuando “un área de la ciudad de alto valor inmobiliario está siendo limpiada de sus residentes de clases trabajadoras”.

“Estos desgraciados quieren que nos vayamos de la casa. En mi barrio (Carol City) si nos retrasamos un mes en el condominio ¡nos meten un susu con el abogado! Los developers (sin especificar quienes) compraron a la junta de vecinos y estamos ¡jodidos! mija, ¡jodidos!”

La anciana cubana no dejó de alzar innecesariamente la voz, y aunque no señaló a los causantes de su paranoia, puso como aval de su testimonio a su hija Pelmira Perci, líder comunitaria con la cuál no se pudo hacer contacto.


Por otra parte, el Alcalde Manny Díaz, propulsor del proyecto, promete una Miami sin pobreza, donde ”las futuras genraciones podrán disfrutar los beneficio de vivir en vecindarios prósperos y tener una rica calidad de vida”.

Justamente lo que no hay en estas comunidades. “ Las escuelas poseen pésima clasificación (entre C y F), la tasa de desempleo (de un 42.8 por ciento) demuestra que carecen de actividad comercial e industrial, y la baja tasa de personas aseguradas luego de los 65 años (50 por ciento) denota cierta falta de diligencia en la sociedad.”

El Miami Comprehensive Neighborhood Plan en su Policy LU-1.2.1 reza que “la Ciudad define como vecindarios marchitos (blighted) a las áreas caracterizadas por el predominio de más viejas estructuras con deficiencias y
deterioro importante, residencias con altas tasa de vacantes, extenso abandono de la propiedad, y pobre mantenimiento del valor de la misma en el mercado” (p.2). En esa categoría entran estos vecindarios.

El tema tiene una fuerte carga emocional. Por ejemplo, tener un hogar propio es sinónimo de éxito entre las poblaciones de origen haitiano y caribeño, justamente las que poblan las áreas de Liberty City, Overtown y Little Haiti, según un estudio publicado en http://www.floridacdc.org/members/lhha/fannie/fannie2.htm que hizo Little Haiti Housing Asociation.

Para muchos es un sueño, por cuanto el 58,8 por ciento de las viviendas que hay en Miami son rentadas, quizás porque no tienen cómo pagarlas. Una cuarta parte de las familias en la ciudad de Miami tienen un ingreso debajo de la línea de la pobreza ($11,418 anual para una familia de cuatro personas), según el Censo del 2004.

Sarai Portillo, antropóloga que trabaja con Miami Workers Center, se hace eco de las preocupaciones vecinales. “En comunidades haitianas se mueven latinos y viceversa, ¿Qué está pasando?”

Una de las razones que Portillo enumera para tal fenómeno es el aumento de los impuestos, que repercute a su vez en los alquileres. “Por ejemplo en Windwood el 50 % son propietarios de sus viviendas y el otro 50 están alquilados en apartamentos chicos por $350 al mes”.

Quienes tienen sus casas pagadas también pasan apuros con los impuestos anuales de la propiedad, que aumentan a raíz del encarecimiento de la tierra por la construcción de ambiciosos proyectos inmobiliarios en la zona.

Los ancianos de origen puertorriqueño y cubano que se encuentran en Wynwood han tenido que alquilar los cuartos de sus casas a otras personas de diferentes barrios –y origen étnico- porque con un ingreso anual de menos de $11.418 proveniente de la Seguridad Social no les alcanza a veces para vivir.

En un sitio así, ¿Dónde podrán vivir los pobres?

“Miami está en proceso de re-desarrollar las comunidades”, ha sido la respuesta que estas organizaciones civiles –abocadas a representar a los trabajadores de menores recursos- han recibido del Alcalde, además de ser remitidos a la página web www.miami21.org ante cualquier duda.

Específicamente Sarai Portillo, como representante de Miami Workers Center, se queja de la ausencia de proyectos de viviendas para las personas de bajo recursos en las zonas que ellos supervisan, como Liberty City, Wynwood, Overtown o Little Haiti.

Sin embargo, Miami21 informa haber desarrollado más de 2.820 unidades habitacionales económicas (de propiedad y de renta) desde el 2002, fecha desde la cuál ha cuadriplicado su presupuesto para tal fin. Y por la dudas remite a la Office of Community Development’s Consolidated Plan.

A lo que Sarai Portillo responde: “es un proyecto de desarrollo urbano que quiere convertir nuestros barrios en comunidades ricas.” Aclara que “las autoridades no estan usando un discurso ‘vayanse’, sino que se respaldan –o resguardan- bajo el desarrollo de la comunidad”.

Portillo se refiere con el comentario al Miami Neighborhood Comprehensive Plan, guía de metas para el uso de la tierra adoptada en 1989 en la ordenanza de 10544, donde

“De acuerdo con el Capítulo 28-24.014(10)(b)2, F.A.C., el Centro de Actividades Regionales debe ser compacto, de alta intensidad y alta densidad que utilice en forma múltiple el área señalada como apropiada para el crecimiento intensivo y la reconstrucción urbana por la ciudad y puede incluir uso residencial; comercial; oficina; recursos culturales y de la comunidad; recursos recreacionales y de la hospitalidad; hoteles o moteles; recursos del transporte; utilitarios; y actividades industriales apropiadas. Los propósitos principales de esta designación son facilitar un desarrollo de uso múltiple, promover el tránsito de las multitudes, reducir la necesidad de viajar en automóvil, proporcionan a los incentivos para un desarrollo de calidad y dan definición a la forma urbana.” (p.16)

Se podría cuestionar este párrafo, ya que al atravesar estas comunidades usando la US1 se pueden observar estas facilidades. No sucede lo mismo si nos vamos un poco más al Oeste, por la Miami Av., donde es evidente la falta de actividad económica.

El “Analysis of Business Development Programs in Miami-Dade County for FY 2001” preparado por Urbana Research and Consulting y encargado por The Task Force on Urban Economic Revitalization, identifica a los barrios afroamericanos “históricamente empobrecidos y carentes de servicios” como la barrera que impide el crecimiento económico en las áreas prioritarias del Condado (Miami-Dade County’s Targeted Urban Areas o TUAs), al no haber suficiente actividad comercial e industrial como para generar capital y trabajo.

En otras palabras, las políticas del ‘MIAMI COMPREHENSIVE NEIGHBORHOOD PLAN’ de alentar el desarrollo industrial y comercial de estas zonas (Edison Center, Southeast Overtown/Park West, the Garment District, Little River Industrial District, Little Haiti, y el Omni Area Redevelopment District) con préstamos de bajo interés, programas de re-desarrollo (Policy LU-1.3.1:) y prestamos a los pequeños comerciantes representantes de minorías étnicas (Policy LU-1.3.2) no han llevado a las metas estimadas por el Departamento de Planeación de la Ciudad de Miami.

¿Qué queda entonces por hacer al Condado? Cambiar la zonificación de estas zonas, aumentando la densidad de la población de esta manera:

- Little Havana Target Area 200 unidades por acre
- Southeast Overtown/Park West 300 unidades por acre
- Brickell, Omni, and River Quadrant 500 unidades por acre.

Toda esta perorata necesaria se traduce en la cantidad de edificios que se están construyendo en el centro de la ciudad, y un poco más al norte. Y para construir un edificio nuevo hay que derrumbar el viejo. Y en ese viejo edificio vive gente.

Entonces, el mecanismo para ‘limpiar’ el área y poder construir es el siguiente: se compra barato, porque la zona está ‘marchita’ y el valor de la propiedad es bajo. A veces es el gobierno quien saca al dueño de su casa porque no paga sus impuestos. “Compramos casa fea, no importa el estado en que esté”, así dicen las vayas de autobuses de la compañía Real State Propriety.

Ese propietario queda en la calle con un dinero, pero no le alcanza para comprar una vivienda nueva en la misma zona que vivía. Se dedica a buscar cerca de su vecindario, y resulta que... pasa lo mismo en casi toda Miami.

El comité encargado del proyecto re-zonificación informa de 68 desarrollos habitaciones ‘asequibles’ conducidos por iniciativas privadas, “incluyendo Allapattah (10 proyectos, 2300 unidades), Little Havana (29 proyectos, 7000 unidades), Coral Way (13 proyectos, 1400 unidades), Overtown (6 proyectos, 2500 unidades) y Downtown (2 proyectos, 700 unidades) con más en el horizonte. La Ciudad de Miami también tiene un Affordable Housing Trust Fund que sirve de apoyo a los inversionistas del sector privado para el desarrollo de casas ‘asequibles.”

La visión de Manny Diaz, está organizada en una serie de metas englobadas bajo el título Miami21, “el reordenamiento de la ciudad para crear un plan de zonificación más eficiente” que permita “la preservación y el mejoramiento de la calidad de vida de nuestra ciudad” a través de un plan de inversión a largo plazo.

El texto del sitio virtual es muy claro: no se habla de ciudadanos sino de nuestra ciudad. ¿Pero a quién le pertenece esta ciudad? Al ciudadano común le toca averiguar eso preguntándoselo de frente a las autoridades y a los constructores. El próximo lunes 21 a las 9:30 am se hará un encuentro para discutir la necesidad de incluir a la clase baja y media en el desarrollo urbano de Miami. La cita es en el Stephen P. Clark Government Center, 111 NW 1st St. en el downtown Miami. ¿Se obtendrá respuesta esta vez?