lunes, marzo 10, 2008

Cuando Hank visitó Venezuela

Migración de Escrúpulos LXII

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Bukowski es uno de mis autores favoritos y quién me acompaña cuando escribo, especialmente mi novela patético-erótica "La Jaula de Oro".

La semana pasada lo tuve muy presente. Justo estuve en Caracas con mi gringo en medio de la crisis colombo-venezolana. Sentíamos las miradas casi-asesinas de la gente mientras nos tomábamos unas cervezas en el Gran Café. Mi Hank empezó a fumar como puta, preso de la aprehensión de la gente.
"¿Porqué hay tanta gente desocupada en la calle? ¿Porqué me miran con arrechera (le enseñé la palabra)? ¿Es así en todos lados?"
Muchas preguntas que Hank y yo ahogamos en alcohol en un recorrido por cuanto bar encontramos en Plaza Venezuela.
-Where is the "real" people?
No tuve coraje para responderle, llevarlo a una Misión en Petare ni en Catia, como Hank demandaba. No hubo tiempo tampoco. Tampoco fue necesario.
Cuando yo me quedaba dormida, el pana Hank se caía a curda con el vigilante del hotel, compartía los cigarros con el buhonero, intercambiaba escepticismo consigo mismo.
Yo intenté edulcorar el encuentro de Hank con Venezuela. Pero al contrario de mis expectativas, el pana pudo oler claramente el apetito de sangre en los ojos de mis compatriotas y sobrevivir a eso.
¿Será que nosotros podremos hacer lo mismo?

(Este post era originalmente un comentario hecho a un post de Enigma. El dibujo es mío, como de costumbre.)

3 comentarios:

enigmas PRESS / Gandica dijo...

Pensé lo mismo.

Je, venía a decirte que hicieras un post con el comentario bukowskiano que está muy bueno y no se perdiera en el olvido de la internet.

Fue un comentario lleno de phatos como dice el escritor bloguero Vicente.

Gran saludo.
(Lo que no entendí muy bien fue por qué miraban con cara de asesinos a tu novio ¿por la pinta gringa?)

Irina López dijo...

Hank sobrevivió a eso porque estaba de paso, porque pudo regresar a su país de origen y ponerse una camisa roja, sin que en la calle le gritaran "maldito", "marginal" o tomarse la libertad de criticar abiertamente a su gobierno sin que lo consideraran un apátrida, un lacayo, un hijito de papá y mamá.

YTA dijo...

Enigma, miraban a Hank con cara de asesinos por su pinta gringa, y así se lo hicieron saber a él.

Cacao, cierto. Hank sobrevivió porque pudo regresar a su tierra, donde puede criticar (casi) abiertamente al sistema sin que lo linchen en la calle.